El gobierno de México puso fin a sus relaciones diplomáticas con Ecuador después de que la policía irrumpiera en la embajada mexicana el viernes por la noche para arrestar a un ex vicepresidente ecuatoriano, un uso extraordinario de la fuerza que conmocionó y desconcertó a los líderes y diplomáticos regionales.

La policía ecuatoriana irrumpió en las puertas exteriores de la embajada en la capital, Quito, para arrestar a Jorge Glas, que residía allí desde diciembre. Glas buscó asilo político en la embajada después de ser acusado de corrupción.

La redada llevó al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a anunciar la ruptura de relaciones diplomáticas con Ecuador el viernes por la noche, mientras que el secretario de Relaciones Exteriores de su gobierno dijo que la medida será impugnada en el Tribunal Internacional de La Haya.

"Esto no es posible. No puede ser. Esto es una locura”, dijo a la prensa local Roberto Canseco, jefe de la sección consular de México en Quito, afuera de la embajada justo después del allanamiento. “Estoy muy preocupado porque lo podrían matar. No hay base para hacer esto. Esto está totalmente fuera de lo normal”.

Este sábado Glas fue trasladado en un vehículo blindado desde la fiscalía general a un aeropuerto, donde abordó un avión para volar a la ciudad portuaria de Guayaquil, 425 kilómetros al sur de Quito. La gente que se había reunido frente a la oficina del fiscal gritó “fuerza” mientras el convoy de vehículos policiales y militares se alejaba.

La agencia correccional de Ecuador dijo que Glas permanecerá bajo custodia en una instalación de máxima seguridad en Guayaquil.

Las autoridades están investigando a Glas por supuestas irregularidades durante su gestión de los esfuerzos de reconstrucción tras un potente terremoto en 2016 que mató a cientos de personas. Fue condenado por cargos de soborno y corrupción en un caso separado.

En defensa de su decisión, la presidencia de Ecuador dijo en un comunicado: “Ecuador es una nación soberana y no vamos a permitir que ningún criminal quede libre”. López Obrador respondió calificando la detención de Glas como un “acto autoritario” y “una violación flagrante del derecho internacional y la soberanía de México”.

Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores de México, publicó en la plataforma social X que varios diplomáticos sufrieron heridas durante el allanamiento, y agregó que violó la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

Los locales diplomáticos se consideran “inviolables” según los tratados de Viena y las fuerzas del orden locales no pueden entrar sin el permiso del embajador. Las personas que buscan asilo han vivido desde días hasta años en embajadas de todo el mundo, incluida la de Ecuador en Londres, que albergó al fundador de WikiLeaks Julian Assange durante siete años porque la policía británica no pudo entrar para arrestarlo.

La decisión de las autoridades ecuatorianas fue condenada el sábado por presidentes, diplomáticos y un organismo regional.

La presidenta hondureña, Xiomara Castro, escribiendo en X, caracterizó la redada como “un acto intolerable para la comunidad internacional” y una “violación de la soberanía del Estado mexicano y del derecho internacional” porque “ignora el derecho histórico y fundamental al asilo”.

La Organización de Estados Americanos en un comunicado recordó a sus miembros, entre los que se encuentran Ecuador y México, su “obligación” de no “invocar normas de derecho interno para justificar el incumplimiento de sus obligaciones internacionales”.

“En este contexto, (la OEA) expresa solidaridad con quienes fueron víctimas de las acciones inapropiadas que afectaron a la Embajada de México en Ecuador”, según el comunicado difundido el sábado. La organización añadió que consideraba “necesaria” una reunión de su consejo permanente para abordar el tema, pero no fijó una fecha.

Bárcena dijo el viernes que México llevaría el caso a la Corte Internacional de Justicia "para denunciar la responsabilidad de Ecuador por violaciones del derecho internacional". También sostuvo que los diplomáticos mexicanos sólo estaban esperando que el gobierno ecuatoriano ofreciera las garantías necesarias para su regreso a casa.

Daniel Noboa se convirtió en presidente de Ecuador el año pasado mientras la nación luchaba contra un crimen sin precedentes vinculado al narcotráfico, el del candidato presidencial Fernando Villavicencio, conocido por su postura dura contra el crimen organizado y la corrupción. Villavicencio fue asesinado a tiros al final de un mitin de campaña el 9 de agosto.

Después de que un grupo de individuos armados asaltara una estación de televisión durante una transmisión en vivo en enero, Noboa declaró al país en “conflicto armado interno” y designó a 20 grupos narcotraficantes como grupos terroristas que los militares tenían autorización para “neutralizar” dentro de los límites del derecho internacional humanitario.